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jueves, 15 de septiembre de 2011

TESTIMONIOS NIÑOS DE LA CALLE

A continuación os adjuntamos algunos de los testimonios recogidos por la asociación Paideia de niños de la calle en Tanger durante la realización de unos cuadernos de sensibilización  en el año 2007, algunos de ellos son muy duros. Esta asociación, que cuenta con el apoyo de la comunidad de Madrid, esta llevando a cabo varios proyectos tanto en la ciudad de Tánger así como en otras ciudades de Marruecos.


INTRODUCCIÓN:
BARRIO DE LA KASBA TANGER

En el marco del convenio firmado en Diciembre de 2.005 entre la Comunidad de Madrid (Agencia Regional para la Cooperación y el Instituto Madrileño del Menor y la Familia), Entraide Nationale (organismo público encargado de los servicios sociales en Marruecos y que pertenece al Ministerio de DesarrolloSocial, Familia y Solidaridad) y la Asociación Paideia (entidad especializada en menores en situación de vulnerabilidad y sistemas de protección y atención a la infancia) se desarrolla un proyecto de cooperación en Marruecos que tiene como objetivo general, la mejora de las condiciones de retorno, de reagrupación y de integración social de los menores de catorce años en su medio familiar.origen y de estimular la disminución de la inmigración irregular.



CASCO VIEJO DE TÁNGER
 


AYOUB, 14 AÑOS

La historia de mi vida ha sido como una película, ha tenido un principio y un final,
Yo vivía en Al Jadida con una familia que me querían como a un hijo. Todo
estaba bien pero llegó un día en que no quería ir al colegio y tampoco quería
trabajar. La familia me dijo la verdad de mi vida. Me contaron que yo no era su
hijo. Me puse a llorar, me dolía el corazón. A partir de aquí, no quería estar en
casa y me marché a Agadir para buscar otra cosa, una nueva vida.
Conocí a una mujer marroquí que vivía en Bélgica de veinticinco años.
Me dio ropa, dinero y dormía en su casa. Un día estaba en la calle y la policía
me cogió y me llevó a un centro de menores de la calle. Allí estuve dos meses.
Me escapé y cogí un autobús a otra ciudad que se llamaba Klet Sidi Benor.
Allí, conocí a un hombre mayor que hacía malabares y gimnasia en la calle a
cambio de dinero. Me enseñó lo que hacía y comencé a trabajar con él. Tenía
ropa, dinero, comida. Me quedé con el hasta la gran fiesta del cordero.
Conocí a una mujer que su marido estaba en América. Era muy simpática,
me daba ropa, comida y dormía en su casa. La mujer me preguntó de dónde
era y la conté mi historia, entonces me acompañó hasta Al Jadida a ver a mi
familia.
Estuve de nuevo con ellos dos semanas. Se portaron muy bien conmigo pero
no eran mis padres. Me volví a marchar pero esta vez a Casablanca.
Una vez allí conocí a un educador de una asociación que trabajan con los
niños de la calle. Me cogió y me llevó a un centro donde tenía comida, ropa,
escuela, cama…
Yo me escapaba al puerto con otros chicos para irme a España y a veces regresaba
al centro. En Casablanca aprendí a robar y esnifar.
Decidí irme a Tánger con intención de irme a España. Logré pasar a Ceuta
debajo de un autobús. Estuve en Ceuta un año y tres meses en un centro de
menores. Me escapaba a la calle, robaba, volvía al centro,…. hasta que un día
decidí regresar a Tánger para ver si desde el puerto podía irme a España.
La policía en Tánger me pegó mucho y escapé a Fnido, entre Ceuta y Tetouan.
Me gasté todo el dinero que tenía en ropa y cuando quería volver a
Tánger tuve que venderla. Me acuerdo que me fui a Tánger descalzo. Llegué
al Puerto y me quedé allí intentando todos los días irme a España.
AYOUB, 14 AÑOS
El sueño de irme a España se convirtió en una pesadilla. En este tiempo he
encontrado insultos, maltrato y hambre.
Me gustaría regresar un tiempo con mi familia en Al Jadida y también a la
asociación de Casablanca.


HOUSSAM, 13 AÑOS

Echo de menos a mi madre, esta muerta. Murió cuando yo era pequeño, casi
no la llego a conocer pero la echo mucho de menos. Mi padre se volvió a casar
con una mujer que yo creía que era mi madre. Cuando era pequeño, tenía
cuatro años y medio y una mujer me dijo que la mujer que vivía en mi casa no
era mi madre. Mi madre estaba muerta. Yo volví a la casa y dije a la que yo
creía que era mi madre que una mujer me había dicho que tu no eres mi madre.
Me dijo que era verdad y que yo no era su hijo. A partir de aquí la relación
con ella fue distinta, comenzó a pegarme mucho.
Recuerdo que una noche me dijo que si me hacía pis me iba a pegar con una
barra. A la mañana siguiente me desperté y vi que me había hecho pis. Di la
vuelta a la manta pero la mujer, que no era mi madre, se dio cuenta y me pegó
mucho. Subí corriendo a la azotea cuando apareció y me tiró desde arriba.
Eran tres pisos. Cuando me tiró me quedé paralizado porque se rompieron
mis huesos. La mujer, que no era mi madre, no me llevó al hospital porque
tenía miedo de la policía y tuvo que pagar a un hombre para que me escayolara.
Estuve un tiempo en casa recuperándome. En ese tiempo la mujer que no era
mi madre me dejó de pegar mucho aunque poco a poco me fue pegando más.
Mi padre estaba trabajando de militar en el Sahara.
Recuerdo que mi padre volvió y al ver lo que me había pasado insultó a la
mujer que no era mi madre. Mis hermanos me cuidaban mucho pero la mujer
no me quería.
Mi padre se volvió a marchar al Sahara y la mujer me volvió a pegar y me dijo
que cuando mi padre muriera no podía pisar más la casa.
Yo recuerdo que cuando volvía mi padre de trabajar, le contaba todo pero la
mujer decía que era mentira y cuando se volvía a ir me quemaba las manos
con fuego.
Mi hermana, que no era hija de la mujer también era maltratada y se fue de
casa a Tánger. Yo pensé hacer lo mismo y me marché con nueve años.
Llegué a Oazan donde vivía mi abuela, estuve un tiempo con ella pero me
marché a Sock Larba, lugar donde estuve viviendo en la calle durante dos
años. Allí empecé una nueva vida, conocí a nuevos amigos que fueron mi
familia.
He estado en Asilah y finalmente en Tánger.
Llevo cinco años en la calle y nunca más he vuelto a mi casa. La calle y mi
casa son igual de malas.
Si vas a ver a mi familia (le dice al educador) diles a mis hermanos que les
hecho de menos. Voy a estar toda la vida en la calle. Me gustaría tener una
casa donde estar cuando llueva, ver la televisión y tener una manta.


MIRANDO A ESPAÑA PARAISO SOÑADO


MAROUAN, 13 AÑOS

Mi hermano siempre me pegaba muy fuerte sobre todo cuando yo volvía a mi
casa muy tarde. Un día cuando llegue tarde a mi casa, mi hermano me pegó
muchísimo. Mi padre y mi madre estaban fuera de casa. Cada día, mi hermano
me amenazaba, me ataba. Una vez me ató durante dos días y me dio poco
de comer, solamente pan y té.
Yo pensé en escaparme. Me metí en un tren hasta Asilah. Viajar en tren es
muy fácil para todos los niños de Ksar el Kebir. En Asilah encontré muchos
niños. Estuve dos días y me marché a Tánger con mis amigos en tren. Tengo
una buena relación con el tren, es mi amigo de viajes, me gusta el tren.
Cuando llegamos a Tánger fuimos a la medina porque es muy grande, hay
mucha gente y es muy diferente a Ksar el Kebir. También en Tánger hay muchos
lugares con muchos escondites. Mi primera idea, era irme a España por
eso me fui al puerto la primera vez. Cada noche intentaba meterme debajo de
un camión pero no pude.
Después encontré un chico que se llama Mohamed. Era mayor que yo y me
dijo que me fuera con él para vivir en una chabola. Encontré a muchos niños
pequeños. Mohamed, siempre me daba ropa y me daba de comer, también
me daba cigarros y pegamento para esnifar. Pero esto no era gratis porque
nosotros teníamos que buscar dinero para darle y cada día nos obligaba a pedir
limosna y cuando un chico no traía dinero, Mohamed le echaba del grupo
y de la chabola. Mohamed siempre pasaba la noche con A. era un chico muy
bueno y abusaba de él.
Un día, la policía me cogió porque busca a los chicos que esnifan pegamento.
Yo pasé dos días en la comisaría. Me pegaron, me insultaron. Tampoco
comí.
Muchos chicos de la calle me pegan porque soy el más pequeño y no tengo
fuerza. Una noche un grupo vino a por mí y me robaron el dinero y cuando les
di el dinero me dijeron que les diera la ropa que llevaba, pero otro chico mayor
me vio y me ayudó.
Yo creo que Mohamed quiere abusar de mi. También creo que mi hermano
quiere hacerlo.
Yo no quiero vivir toda mi vida en la calle, quiero volver a mi casa y vivir con mi
familia. Quiero dormir y comer en paz y tranquilo, claro, con mi familia. Yo no
quiero que abusen de mi y cuando yo pienso en la violencia de mi hermano,
cuando me ataba y esas cosas, se me quitan las ganas de volver a mi casa.
También creo que soy drogadicto y pienso que si vuelvo a casa van a entrarme
ganas de drogarme.
Voy a esperar a otra vida. Una vida con familia, como otros niños. Quiero estudiar
muy bien, comer y tener ropa muy bonita. Me pregunto por qué mi vida
es así de dura y porqué cada noche tengo miedo de ser abusado. La vida por
la noche en la calle es muy difícil y dura.

MOHAMED JELUL, 13 AÑOS

Hace dos años que me fui de mi casa. Mi padre nunca me ha pegado, siempre
ha sido bueno conmigo. Yo me fui a la calle porque un vecino mayor me
pegaba a mi y mis hermanos, se llamaba Redouan. Yo trabajaba de costurero.
Soy de Ksar el Kevir. Ganaba cincuenta dirhams a la semana pero nunca veía
el dinero porque mi jefe se lo daba a mi madre aunque mi jefe me daba diez
dirhams sin que lo supiera mi madre. Yo estaba muy bien con mi trabajo y mi
vida pero mi vecino nos pegaba mucho. No se lo decía a mi padre porque mis
vecinos ayudaban a mi familia. Mi padre trabajaba todo el día en el zoco con
un puesto de comida.
Me fui de mi casa por primera vez a los once años en Ksar el Kevir. Estuve en
la calle durante un mes. En ese tiempo dormía en la calle pero iba a trabajar
todos los días. Seguía ganando dinero pero no iba a mi casa. Ahora mi hermano
también trabaja y duerme en la calle, como yo hacía hace dos años.
Decidí irme de Ksar Kevir y subí encima de un tren y me marché a Sock Larrba.
Allí conocí a amigos Ahiub, Osam y Abdelhuahed. Estuve en la calle durante
seis meses. Con mis amigos nos marchamos a Asilah y de allí a Tánger .
En Tánger conocí a un señor llamado Ashor, se convirtió en un gran amigo
mío. Pedía limosna durante todo el día y se lo daba a Ashor. Me daba de comer
y me protegía, como un policía.
Echaba mucho de menos a mi madre y decidí irme a Ksar el Kevir. Ví a mi madre
y me puse muy contento. Mi madre me quiere mucho y me abrazó cuando
me vio. No fui a mi casa por miedo a mi vecino.
En la calle me dice la gente que mi padre ha muerto. Murió en mi casa porque
no tenía dinero para medicamentos. Se había operado antes. Yo no me
lo creía pero cuando vi a una mujer que conocía me dijo que era verdad. Me
puse a llorar y fui a la casa.
Estuve en mi casa un tiempo pero mi vecino me seguía pegando y decidí volverme
a ir a la calle de Ksar el Kevir. Estando en la calle conocí a un chico que
se llamaba Aiub y estuve con él en la calle hasta que nos marchamos a Asilah.
Estuve en Asilah tres días y volvimos a mi ciudad.
Por la noche estábamos inhalando pegamento en una estación de gasolina y
se me calló disolvente en el cuerpo. Aiub me pidió un cigarro y yo le dije que
no. Él me amenazó con un mechero pero no le di un cigarro,
entonces Aiub me prendió fuego y como tenía disolvente en el cuerpo salí
ardiendo. Aiub se asustó y fue a buscar a mi madre. Me llevaron al hospital de
Ksar el Kevin pero no tenían medicamentos y me querían enviar al hospital de
Meknes. No podía ver y me dolía mucho el cuerpo, estaba como muerto.
Fuimos al hospital de Meknes donde estuve dos meses. Una asociación de
monjas españolas pagaron el hospital. Cuando estaba mejor me fui al hospital
de Ksar el Kevir y estuve cinco meses.
Después volví a la casa y gracias a las monjas iba al hospital para curarme
una vez a la semana. También nos ayudaban con comida y ropa.
Estaba todo muy bien hasta que el hombre (el vecino) le volvió a pegar y decidí
irme a Tánger y no volver nunca.
Me marché a Tánger y busqué a Ashor, el hombre que me protegía. Ashor
pegaba y abusaba de otros niños pero a mi me protegía. Podía dormir solo a
cambio de darle todo el dinero que conseguía pidiendo en la calle.
Me gustaría volver a trabajar de costurero y visitar a mi madre de vez en cuando.
Me gustaría ir al colegio, no se escribir ni leer.
La calle es muy mala y dura. Toda la gente me pega y los chicos malos me quitan
el dinero. La gente me insulta por que tengo la cara desfigurada. Yo lloro.
Me gustaría vivir en un sitio que no sea la calle ni mi casa.

MOHAMED LAARBI, 13 AÑOS

Soy de Tánger. No esnifaba pegamento. Yo no puedo vivir en mi casa, por eso
vivo en la calle. Mi padre estaba todo el tiempo viajando y la mujer que estaba
en mi casa no era mi madre y los niños tampoco era mi hermanos. Todos los
días pienso en volver a mi casa pero cuando pienso en que mi padre no esta,
nunca entro. No tengo buena relación con la mujer. Cuando esta mi padre,
estoy muy bien. Antes de que mi padre se volviera a casar yo vivía solamente
con él. Fue un año muy bonito, no había problemas. Mis padres se separaron
y mi madre vivía en Larache con otro hombre. Unas veces iba a ver a mi
madre pero cuando mi padre se volvió a casar cambió mi vida y desde ese
momento salí a la calle.
Pensaba irme a España a probar suerte. Muchos amigos se han ido a España
y cuando hablo con ellos, me dice que tienen coches, mucho dinero.
Mi padre ha encontrado a una mujer. Mi madre ha encontrado a un hombre.
Donde estoy yo?.
En la calle conocí a muchos chicos que robaban, pedían dinero y esnifaban.
Comencé a inhalar pegamento. La calle es muy dura, no hay comida y todo
el mundo me pega. No tengo solución. Estoy solo y quiero irme a España. Me
gustaría que mis padres se juntaran como una familia normal.
La calle es un bosque grande, dentro hay oscuridad. Pocas veces estoy contento
y muchas veces estoy triste y lloro.
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Aquí acaba la historia de Mohamed Laarbi.
El ocho de Agosto de 2006, Mohamed sufrió un accidente en la estación de tren que
acabó con su vida.
Esa misma noche volvimos a comprobar que en estos momentos, verificamos que
los niños de la calle forman pequeñas familias. El grupo de Mohamed lloró su pérdida
y a partir de entonces ya no es igual. Muchos de ellos regresaron con sus familias por
miedo. Habían perdido a un compañero, querido y amado.



LANCHA RAPIDA TARIFA-TÁNGER    


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